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Policías locales de 40 años no pasarían las pruebas físicas

Un 63% de los policías locales de 40 años de edad no pasarían las pruebas físicas de ingreso que superaron al aprobar las oposiciones. Además, a los 50 años de edad, los agentes tienen 3,24 veces más probabilidades que un ciudadano normal de abusar del alcohol, cuatro veces más de desarrollar comportamientos agresivos y nueve veces más de padecer depresión, entre otros males.

«Teniendo en cuenta que ustedes llevan armas de fuego, comprenderán que, como ciudadano, esté preocupado», afirmó tras ofrecer esos datos el doctor Javier Sanz González ante un auditorio integrado mayoritariamente por policías locales.

El experto en Medicina en el Trabajo fue ayer uno de los ponentes en la jornada que sobre ‘Policía Local: envejecimiento y seguridad’, organizada en el cine del Centro Niemeyer por el Sindicato Independiente de Policías Locales de Asturias (SIPLA). La conferencia de Sanz se centró en dar a conocer toda una serie de datos sobre la salud de los policías locales españoles que ponen en evidencia cómo su trabajo les produce un deterioro físico y psicológico importante a lo largo de su carrera. «Un 15,63% de los agentes ha sido tratado con antidepresivos y a un 23,26% le fueron recetados medicamentos para la ansiedad».

Sanz recordó que al deterioro físico normal de cualquier persona, se suman las especiales condiciones de estrés en que viven los policías. De hecho, su profesión encabeza la clasificación de trabajos más estresantes, sólo por debajo del de minero, y por encima de los de «funcionarios de prisiones, trabajador de la construcción, piloto aéreo y periodista». Todo ello le llevó a afirmar al doctor que «a partir de los 55 años de edad, es altamente improbable que un policía tenga las capacidades psicofícas necesarias para desempeñar sus funciones de forma adecuada».

Tomar medidas

Una sentencia de ese tipo venía así a refrendar con datos médicos lo que viene defendiendo el SIPLA con respecto a la necesidad de establecer un sistema de jubilación anticipada, algo que reiteró ayer su secretario general, Manuel Jesús Villa. «Si no se toman medidas, va a haber problemas para mantener el servicio en muchas zonas, y no se pide nada inalcanzable», afirmó antes de recordar que otros colectivos, como los bomberos o los funcionarios de la Policía Nacional o la Ertzaintza ya gozan de esa posibilidad.

En ese sentido, la segunda ponencia de la jornada se centró en dar a conocer un estudio de costes de lo que supondría implantar un sistema de jubilación anticipada que permitiera el retiro prematuro de los agentes a partir de los 60 años.

Jubilar anticipadamente a los 58.000 agentes de las policías locales de toda España tendría un coste que oscilaría entre los 42 y los 46,2 millones de euros. Esa cantidad se compensaría con un ligero incremento de las aportaciones a la Seguridad Social de los policías y con el ahorro de los pluses de antigüedad correspondientes a los cinco últimos años de su trayectoria profesional, entre los 60 y los 65 años.

«Ni el Gobierno central ni la Seguridad Social se pueden escudar en criterios económicos para negar las jubilaciones anticipadas. Se trata de un sistema de coeficientes correctores sostenibles y que garantizan el equilibrio del sistema de pensiones», afirmó el dirigente de la Confederación de Seguridad Local (CSL), Juan José Verdugo López.

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